No me muerdo las uñas si hallo dificultades
al leer; ahí las dejo, tras haberlas incado el diente dos o tres veces. Si en
ellas me emperrara, me perdería y también perdería el tiempo: pues tengo una
mente primaria. Lo que no veo de entrada, menos lo veo obstinándome en ello.
Nada hago sin alegría; y el esfuerzo excesivo me obnubila el entendimiento, me
lo entristece y me lo cansa.
Digo libremente mi parecer sobre
todas las cosas, incluso sobre aquellas que quizás se salen de mi inteligencia,
que en modo alguno considero que pertenecen a mi jurisdicción. Lo que opino de
ellas revela la medida de mi vista y no la medida de las cosas.
De los Libros, perteneciente a
los Ensayos publicados en 1595.
Michel de la Montaigne (1533-1592),
escritor, filósofo y humanista francés. Se le considera el padre del género ensayístico,
al cual dedicó gran parte de su tiempo y sus energías. Retirado de la vida pública,
se instaló en su castillo de Montaigne, cerca de Burdeos, donde se dedicó a
escribir lo que él consideraba una escritura exenta de artificios, donde se
mostraba como era y lo que pensaba, expresando su crítica hacía la cultura, la religión y la política de su época. Su premisa
era “describir al hombre y, en particular a mí mismo” por medio de un lenguaje
claro y preciso, al alcance del hombre de su tiempo.
Imágenes tomadas de Internet.