sábado, 26 de marzo de 2011

LUGARES OLVIDADOS

                                                   


PROPÓSITOS Y OLVIDOS
(1992-1998)

Hoy me acompañan
mis ausentes

mansa costumbre

alguna tarde
sonrieron para mí
cuando tanta vida nos quedaba
para compartirla

Hoy se sientan a la mesa
donde reposan los recuerdos

Ya sabemos
de naufragios
disimulos
postales lejanas
de propósitos
y olvidos


ANTIGUA HERIDA
(1998-2000)

Esperas
un ruido de cascos
de espadas batientes,
(¿un sonido de laúd?)
una brecha en el tiempo,
una señal de los astros,
una certeza.

Afanosamente
esperas,
te preparas,
te dispones.

-Crees escuchar,
te pareció que viste-.

Pero nada pasa,
nada se consuma.

Salvo eso,
lo que en realidad esperas,
una vieja herida
que regresa,
besándote,
profundamente.


CIUDAD A OSCURAS
(1987-1989)

Uno hace la noche
que busca
uno se pierde
irremediablemente
en ella
desnudo
temblando

LOS TERRITORIOS DE LA PALABRA.
( 1998-2003)

Ese territorio de la soledad
que te espera siempre,
con paciencia.

Destino que cumples,
ya sin reticencia.

Blanca como la nieve
es la paz,
es la página,
esperándote.

El tiempo cae,
copo a copo,
casi transparente.

Y tú estás
donde te nombras,
sin jueces,
ni testigos.

Hondo fervor.

BEATRIZ ALICIA GARCÍA

Poeta y docente venezolana, licenciada en Letras y Magíster en Literatura Venezolana.

Tiene publicados: Matarilerilerón, (Poesía). El pez soluble. Caracas 1999
Acto de fe (Poesía), La Liebre libre. Maracay. 2000
Lugares olvidados. (Antología Poética) Monte Ávila, Editores Latinoamericanos.

Poesía que se mueve entre la dureza de lo citadino, y la fragilidad de lo que está ausente y es querido. De la indefensión que a veces conlleva la soledad de la página en blanco, a la lucha y la esperanza que nos pone en pie cada mañana, porque posee “esa mirada esencial de poeta que hace posible la trasmutación de lo existente o imaginado en palabras, ese modo de estar en el mundo”.



miércoles, 16 de marzo de 2011

LA PALABRA



En estos días releía “La Loca de la casa” de Rosa Montero, un pequeño ensayo con algo de autobiografía, un libro sin pretensiones sobre el oficio de escribir, las emociones del escritor, la imaginación y la palabra.
Santa Teresa llamaba a la imaginación “la loca de la casa”, la que vive en el ático y se desata por más que la razón trate de someterla. A veces, resulta difícil ponerle coto por medio del lenguaje a ese torrente de imágenes que nos habitan, que nos inundan y deambulan por nuestro laberinto mental.

Cuando podemos superar todas estas barreras, surge la palabra, capaz de transformarlo todo, de dar voz a emociones y pensamientos, haciendo que tomen  cuerpo, que expresa y comparte.
La palabra salta de la mente del ser humano, cuando la evolución de la especie la acorrala. Surge como el grito ahogado que no salió de la garganta.

Al principio se asomó temerosa y pequeña, fue un parto de siglos, concebida por la inteligencia y la necesidad. Fue creciendo sola, silvestre y citadina. Tuvo incontables progenitores que se adjudicaron su paternidad. Igual que cualquier ser que tiene vida, evoluciona y muta. Conoce de sufrimientos y dichas.

Ha vivido tiempos difíciles en los que la amordazaron tratando de asfixiarla, tiempos que hicieron gritar al poeta: “pido la paz y la palabra”. Pero sabe escabullirse y soltarse como un hábil judini.
Montero dice: “que las palabras son como peces abisales que sólo te enseñan un destello de escamas entre las aguas negras. Si se desenganchan del anzuelo, lo más probable es que no puedas volverlas a pescar.”
Como es sociable, se siente bien en todos los géneros literarios, pero yo creo que prefiere la poesía, donde es consentida y venerada; como también la siento incómoda en el discurso político.

Tiene competencia directa con la imagen, desde que oyó aquello de “una imagen vale más que mil palabras”. Al principio se enfureció y estuvo a punto de cerrarse como una ostra, pero con el tiempo, llegó a comprender, que en la vida hay espacio para todos.

En lo que a mi respecta, sólo puedo decir de ellas, que siempre me han acompañado, han sido mi autentico patrimonio atesorando durante toda la vida. Las he visto evolucionar y hacerse cada día mas libres e independientes, hemos crecido juntas buscando la voz que nos identifique, en este ir y venir de ensayos y errores, que implica el oficio de escribir.

lunes, 7 de marzo de 2011

TARDES DE CINE


Me gusta el cine inglés, sus actuaciones limpias y sobrias, los buenos guiones y los pocos efectos especiales tipo Hollywood que emplean; por eso me encantó el Discurso del Rey.
Su director Tom Hooper, proviene de la televisión inglesa, de realizar miniseries donde fue demostrando su talento hasta llegar a HBO con su exitosa serie Elizabeth I. Es la segunda vez que aborda temas de la monarquía inglesa con absoluto éxito, y esto se debe al tratamiento que hace de sus personajes; a su “humanización” mas que su “glorificación”, mostrando el lado mas común y corriente, oscuro si se quiere; esa parte del discurso que se omite, para evitar la desmitificación de estos personajes.

Jorge VI, excelentemente bien interpretado por Colin Firth, desde el comienzo de la película, nos hace compartir su angustia y sus miedos, cuando es llamado para asumir las responsabilidades de monarca, al abdicar su hermano mayor Eduardo VIII, heredero natural al trono, al enamorarse de una divorciada norteamericana, llamada Wallis Simpson. En el momento critico en que Europa está al borde de la Segunda Guerra Mundial, Jorge VI, teme no dar la talla a la responsabilidad que se le viene encima.

Desde pequeño, y a consecuencia de una tartamudez, se vuelve retraído y crece a la sombra de su hermano Eduardo, el primogénito, mucho mas apuesto y seguro de si mismo. Su gran batalla personal será la superación de este complejo del que pareciera desprenderse, que su tartamudez, solo es el efecto y no la causa, el muro y al mismo tiempo la defensa donde se resguarda de todas sus carencias.

Al ponerse en contacto con un logopeda, de naturaleza excéntrica y de métodos poco ortodoxos para la época, entrará en conflicto su educación especial de miembro de la realeza, con el talante igualitario y democrático del especialista.

Por medio de esta relación desigual, pero que se apoya en las necesidad apremiante del rey por superar su problema, se van creando lazos de amistad donde antes había subordinación; de absoluta comprensión y camaradería, para confirmar que, son las mismas emociones, carencias y afectos que nos movilizan a todos, mas allá de la clase social donde se haya nacido.
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