LOS RINOCERONTES Y EL AMOR.
Un rinoceronte enamorado es casi una tragedia. Nunca sabe qué hacer. Raspa, durante años su lomo contra los robles más viejos. Con frecuencia se equivoca. Suspira demasiado, gruñe, espera que salga la luna y se empeña en demostrar que puede mojar con su lengua la punta de su cuerno.
Un rinoceronte enamorado es siempre un homenaje a la estupidez. Olvida su tamaño, su furia, su fuerza.
Y es capaz de repetir el tonto gesto de las serenatas, el suicidio de las simples margaritas. Pasa meses frente a Hiroshima, mon amour, por supuesto.
Un rinoceronte enamorado no asusta a nadie. Tal vez por eso, siempre fracasa.
LA TOALLA ESTÁ TRISTE.
La toalla siempre está triste. Poco sol, humedad, gripe constante. Vive en un mundo lleno de peligrosos espejos, metales resbaladizos, losas heladas. Aun así ella mantiene todavía caliente su ilusión (como las damas de antes).
Todas las tardes ella espera el momento en que él (delgado con un lunar en el muslo izquierdo, pelo oscuro, bigote tiernamente escaso) entra desnudo. Lo mira, lo admira también, de reojo.
Mientras el agua cae y el jabón resbala, ella imagina (sentimental al fin) que hay diamantes desgajados y huesos dóciles. Ella jura que se muere, luego se le prende al cuerpo como una ardilla feroz, se pierde la toalla, se deja, la tocan, estremece, rueda en sus tobillos, se anuda en su sexo, se estrangula. Y, cuando le falta un movimiento, la intuición de un vaivén, tan solo, un dedo sobre la nuca solamente, él la deja, la suelta, la cuelga, la deja vieja seca queja muerta.
Solo por esto, algunos hombres se condenarán. Otros conocerán la rabia y la belleza.
Alberto Barrera Tyszka
Edición de lujo. Ed. Fundarte, Caracas, 1990.
Imágenes tomadas de Internet.
Maravilloso el cuento de la toalla, me ha encantado. Gracias por traerlo, Besos.
ResponderEliminarNo tengo el placer de haber leído a este autor, pero no dudes que saldré en su búsqueda. Debo leerlo.Porque estos dos maravillosos cuentos, breves, intensos, en el que arranca estas sensaciones y estos sentimientos en lo inesperado me han dejado con un ¡ohhh...!, con un suspiro inacabado. Con la convicción de que necesito más.
ResponderEliminarsiempre se suman conocimientos al leerte.
un beso
Sí, verdaderamente es patética la historia de amor del rinoceronte; la de la toalla, de amor ¿platónico, quizás?
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo María.
Amor no correspondido...Y es muy duro tener uno...Duele mucho...
ResponderEliminarBesote guapa. Hace frío por estos rumbos.
María, dos historias de un autor venezolano que no conocía.
ResponderEliminarDos joyas narrativas que me llegan ahora y que me entusiasma su manera de construir el cuento. Por un instante me recordó a Monterroso pero su voz creativa tan particular le dan una dimensión propia y única.
Los dos me encantan pero la Toalla está triste es brillante.
Gracias amiga por mostrarnos otras literaturas, por permitirnos acceder a otras letras sumamente interesantes que de otra forma sería poco probable.
Un abrazo grande y muy afectuoso
Buenas historias de amor.
ResponderEliminarMaravillosos relatos, he disfrutado con su lectura.
ResponderEliminarBesos^^
El rinoceronte,ejemplar al que le escatimaron un cuerno,acomplejado, podríamos decir que no es atractivo,salvo para las hembras de su misma especie. Torpon, hasta para enamorarse. Creo que todos tenemos algo de rinoceronte cuando nos enamoramos.
ResponderEliminarLa toalla, pues...nada, no tiene alma,es un vulgar trapo que absorve nuestra humedad y se restriega con ímpetu por nuestro cuerpo, entonces se siente viva,pero vamos, creo que más viva estaba cuando era la lana de una oveja.
Lindos cuentos, sencillos pero entretenidos.
Un abrazo Maria
Muy lindos relatos, uno lo conocia, es lindo volver a leerlo.
ResponderEliminarbeso grande, que estes bien
Tus selecciones de lecturas me dan esa sensación de intimidad, de regocijo, de poseer esa ventana -la tuya- y poder ver lo que los otros no ven.
ResponderEliminarNo sabes lo bien que me siento en tu página.
Abrazos.
Realmente encantadores los dos relatos que nos traes de este escritor venezolano del que no había leído nada. Creo que entro con buen pie en tu magnífico blog.
ResponderEliminarUn saludo
Me ha hecho reír el realto del pobre rinoceronte enamorado; menuda desgracia. En cuanto al de la toalla, es una caricia de relato y me recuerda uno que yo escribí sobre un cenicero; por supuesto, sin la genialidad de este gran micro.
ResponderEliminarUn saludo.
Sono rimasta colpita da entrambi post, ma soprattutto da "La toalla..."
ResponderEliminarGrazie Maria per il tuo intervento nel mio blog.
Che le prossime feste ti siano propizie
Un abbraccio
No tenía noticia de rinocerontes enamorados, ¡pobres ilusos, jejeje!
ResponderEliminarMe han encantado los dos relatos
Saludos
Mi piace questo testo, complimenti!! Felice giornata a te...ciao
ResponderEliminarHOLA
ResponderEliminarVENGO DEL BLOG DE FELICIDAD.
LA VERDAD ES QUE ME HE SORPRENDIDO CON ESTOS CUENTOS, TOTALMENTE ORIGINALES. ME ENCANTA COMO RESCATAS A LOS AUTORES, A LOS GRANDES. HE VISTO TUS ENTRADAS POPULARES, OCTAVIO PAZ, CORTÁZAR, ANDERSEN...
PRECIOSO BLOG, UN APORTE IMPORTANTE A LA CULTURA PARA ENRIQUECERNOS MUTUAMENTE.
ME QUEDO POR ACÁ.
UN BESO
lujanfraix.blogspot.com
ES MI BLOG PRINCIPAL POR SI QUIERES VISITARME.
GRACIAS AMIGA POR VENIR A MI SITIO Y POR QUEDARTE PARA COMPARTIR VIVENCIAS, DE ESO SE TRATA LA AMISTAD, ENRIQUECERNOS MUTUAMENTE.
ResponderEliminarES UN PLACER PARA MI, UN BESO ENORME.
QUE TENGAS BONITO DIA.
CARIÑOS
Qué cercano ese rinocerante enamorado, que a nadie asusta. Parece humano, o tal vez lo sea. Un abrazo.
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